Se ha convertido en un elemento esencial de la práctica empresarial prudente. Los negocios que no tengan en cuenta medidas de sostenibilidad perderán una ventaja competitiva.
Y en el ámbito de la tecnología, la sostenibilidad es aún más importante para clientes y empleados. Los que nacieron en la década de 1980 y 1990, que cada vez son más responsables de la toma de decisiones empresariales y líderes de sus propias empresas, se preocupan más por el impacto medioambiental de sus decisiones de compra, tanto en el ámbito de la empresa como en sus vidas personales. Y en todas las franjas de edad, el precio ya no es el único aspecto que determina las decisiones de compra , ya que mucha gente también tiene en cuenta las credenciales de sostenibilidad que ofrece una marca.
Recientemente hemos realizado una investigación sobre las diferentes actitudes frente a la sostenibilidad que ha sacado a la luz hasta qué punto la postura medioambiental y social se han convertido en el nuevo campo de batalla para ganarse los corazones y las mentes tanto de clientes como de empleados. Nuestros datos sugieren que los problemas medioambientales y sociales son importantes para el 71 % de la gente, tanto si son consumidores, tomando decisiones de compra personales (31 %), como cuando están pensando en las empresas para las que trabajan (32 %).
La COVID-19 ha hecho aflorar muchas preocupaciones que, hasta ahora, se estaban cociendo a fuego lento bajo la superficie. La pandemia ha sacado a relucir la importancia de los problemas sociales y medioambientales y ha concienciado a mucha gente de su gravedad. Las inquietudes ecológicas forman ahora una parte mucho más importante en la conciencia social. Así que no sorprende que el 75 % de la población crea que las empresas deberían destinar más esfuerzos a los problemas sociales y medioambientales a raíz de la COVID-19.
Tecnología verde en casa
Después de haber pasado tanto tiempo trabajando desde casa, muchos de nosotros hemos confiado mucho en la tecnología para poder cumplir con nuestro trabajo. Según los últimos datos de la ONS británica, en abril de 2020, el 46 % de la población trabajadora lo hacía desde casa. Y el 86 % de aquellos que teletrabajaban lo hicieron a consecuencia del coronavirus.
El teletrabajo ha empujado a las personas a empezar a evaluar la sostenibilidad de la tecnología que emplean para trabajar en casa. Nuestra investigación refleja esto con el 70 % de los encuestados, que creen que la tecnología implicada en el trabajo desde casa debería ser duradera, eficiente energéticamente y además debería reducir los residuos.
Las empresas aún están poniéndose al día
A pesar de la creciente importancia de las prácticas empresariales sostenibles y éticas, muchas corporaciones aún están poniéndose al día. Con el anuncio de la vacunación, empezamos a recorrer el largo camino de vuelta a la recuperación económica y hacia alguna forma de normalidad. Sin embargo, todavía hay dudas sobre la preparación de las empresas para el mundo que viene tras la COVID-19. En nuestra investigación, solo el 24 % de los responsables empresariales cree que las consideraciones de impacto medioambiental y social están contempladas en los planes de recuperación previstos para la vuelta al trabajo y a la actividad empresarial.
Del mismo modo, muchas empresas siguen mirando el toro desde la barrera a la hora de valorar la importancia de los problemas medioambientales y sociales después de la COVID-19. Y esto queda subrayado por el hecho de que solo el 33 % de los responsables empresariales creen que el impacto ecológico y social será significativamente más importante después de la COVID-19, lo que contrasta claramente con el 75 % de los consumidores y empleados que compran y trabajan en sus empresas.
Entre las empresas incluidas en nuestra investigación que priorizan la sostenibilidad, el 86 % espera ver un aumento de los beneficios empresariales durante el próximo año / cinco años. La garantía de unas sólidas credenciales medioambientales y sociales también se percibirá en ámbitos menos tangibles de la empresa y generará un sentimiento positivo hacia las marcas. El 44 % cree que las acciones medioambientales y sociales fuertes ejercen una influencia positiva en la percepción de marca, el 40 % en la lealtad de los empleados y el 38 % en la productividad del personal.
El factor edad
Cabe destacar que, si observamos la madurez de la empresa, vemos un cambio notable de actitud. Hemos visto que 4 de cada 5 start-ups contempla el cumplimiento de los objetivos de impacto medioambiental y social como una prioridad. Pero solo 2 de cada 3 empresas con más de diez años de antigüedad lo contemplan de igual forma.
También hemos notado un cambio de opinión con respecto a la consideración de la sostenibilidad en función de la edad del encuestado/a. Aunque solo el 63 % de las personas mayores de 54 años cree que los problemas medioambientales y sociales se volverán más críticos después de la COVID-19 (en comparación con el 85 % de la generación Z), son, por el contrario, el grupo de edad que ocupa el primer lugar en cuanto a la exigencia de calidad de fabricación del producto (51 %), la eficiencia energética (48 %) y la reducción de residuos (45 %).
La sostenibilidad impulsará las estrategias empresariales
Nuestra investigación ha revelado cómo los problemas sociales y medioambientales adquirirán mayor protagonismo y que, en cierta medida, mostrará las divisiones entre consumidores, empresas y empleados. La percepción general ya no considera la sostenibilidad como una ocurrencia tardía, sino algo que dará forma a las empresas presentes y futuras, y determinará cómo atraer a clientes y empleados. Aquellos negocios que no logren mantener el ritmo probablemente perderán el tren a largo plazo.