El contexto importa. Cada profesor trabaja en un entorno distinto, enseña su materia de forma diferente y ofrece contenido a estudiantes que están trabajando a distintos niveles y habilidades. Es difícil desglosar la complejidad de la clase, no existe una estrategia única que mejore los resultados, pero hay cosas sobre las que todos podemos reflexionar y en las que todos podemos mejorar.
Cada niño tiene derecho a una educación igual, pero esto no solo implica dar apoyo a los alumnos y tratarlos por igual, la verdadera inclusión se da cuando los alumnos tienen el soporte que necesitan.
¿Y si los docentes pudiesen responder realmente a las necesidades de sus alumnos?
Se han producido muchos cambios en las aulas en los últimos años, que afectaron a cómo se imparten las lecciones y cómo los docentes mantienen la atención de los alumnos, a medida que estos se acostumbran a las tecnologías desde una edad muy temprana. La forma en la que los docentes usan la tecnología para impulsar el aprendizaje de los alumnos en lugar de dificultarlo es un campo relativamente nuevo.
Investigaciones realizadas por Tecnofim revelan que el 40% de los docentes ven una correlación entre la incapacidad de los alumnos de ver claramente la pantalla y la baja puntuación en los exámenes.
A la hora de establecer planes, el tamaño y la resolución de una pantalla son claramente importantes, y en el escenario actual en el que la tecnología domina el trabajo y la vida, debemos tomarla en serio.
El uso de tecnologías audiovisuales en las clases es un ejemplo: a diario los docentes usan las pantallas como un elemento clave de una experiencia de aprendizaje interactiva. Varias autoridades, incluyendo la Organización Mundial de la Salud, han descubierto que los contenidos educativos se retienen mejor cuando se ofrecen de forma visual e interactiva, en lugar de en forma de monólogo. Sin embargo, muchos docentes siguen usando pantallas planas, pizarras, encerados y televisiones en clase, lo que resulta problemático si tenemos en cuenta la investigación realizada por Tecnofim, que muestra que el 58% de los estudiantes no pueden leer todo el contenido en una pantalla plana de 70″. Esto implica que en una clase con pantallas planas, más de la mitad de estudiantes son incapaces de beneficiarse de la lección al mismo nivel que sus compañeros.
Es hora de incluir en la experiencia educativa a todos los alumnos, algunos de los cuales ahora se quedan a un lado debido a una visibilidad pobre. Es hora de conectar a los desconectados y de fascinar a los distraídos. Es hora de dejar de perder tiempo valioso luchando con tecnología antigua y en su lugar usar ese tiempo para ampliar los horizontes, ampliar los intereses y preparar el camino para una vida de aprendizaje activo.
Es hora de actualizar las escuelas, de ayudar a los estudiantes a estudiar mejor y a los docentes a enseñar mejor.