Medidas difíciles pero necesarias para las empresas europeas en su relación con la tecnología

En los próximos años, nuestros sectores y lugares de trabajo vivirán transformaciones drásticas que redefinirán el modo en que se gestionan las empresas, así como la manera de trabajar. Desde fábricas al retail, pasando por la educación o la sanidad, será necesario tomar decisiones cruciales para dar lugar a nuevas oportunidades. El modo de educar y formar a las personas, de regular el sector y de garantizar la competitividad de las empresas así como los servicios que éstas ofrecen a la sociedad son temas relevantes en cualquier discusión.

Teniendo muy presentes estos aspectos, Tecnofim ha apostado por realizar un estudio de investigación; no solo para tratar de comprender las principales tendencias tecnológicas en el lugar de trabajo y cómo estas transformarán el sector y la manera en que trabajamos, sino también para entender la disposición que tienen las personas para aceptar dichas tecnologías y cambios. Dicho estudio —el primero que se lleva a cabo de este tipo— analizó la aceptación que tuvieron los conocimientos especializados de diecisiete expertos en el sector a nivel global en más de 7000 dirigentes de empresa y empleados de las cinco principales economías europeas. Los resultados sugieren que tanto los individuos como los empleados o los responsables de formular las políticas tienen ante sí elecciones difíciles referentes a la adopción de la tecnología. Dichas medidas, que pueden tener una gran incidencia en la empleabilidad, en el rendimiento de las empresas o en la competitividad internacional, se reciben con sentimientos contradictorios por las ventajas potenciales (y las posibles amenazas) que conlleva la tecnología en distintos sectores y economías.

En todos los sectores —incluyendo sanidad, educación, retail y fabricación—, más de la mitad de los empleados de empresas europeas (el 57%) cree que los sectores y los modelos organizativos se verán afectados por la tecnología en la próxima década, mientras que el 6% acepta que su rol dejará de existir. De acuerdo con los modelos actuales, esta cifra sugiere que el nivel de empleo podría reducirse un 64%, cifra inferior a la de hace diez años. 1A pesar de ello, al mostrarles cómo la tecnología puede definir su lugar de trabajo, un 72% manifestó ser positivo ante el futuro, y un 65% de los encuestados expresó que está dispuesto a formarse para los nuevos roles.

Pero este optimismo caería en saco roto si las propias organizaciones no buscaran sacarle el máximo partido a las oportunidades que presenta la nueva tecnología. Solo un 14% de los empleados cree que su empresa está siguiendo los nuevos avances tecnológicos de forma «excelente», y menos de un tercio (el 28%) cree que su empresa realiza una muy buena labor de implementación de la nueva tecnología. Así, saber sobre quién recae la responsabilidad de implementar la nueva tecnología en la empresa es un tema que sigue abierto.

De lo que no hay ninguna duda, no obstante, es que nuestro «mundo laboral», como lo conocemos, va a experimentar una transformación. Cómo nosotros —como individuos, empresas o naciones—, nos adaptemos y evolucionemos decidirá sin duda quién tiene éxito o quién se queda en el intento.

Con esta serie de publicaciones queremos compartir la información obtenida en el estudio y tratar los vacíos existentes en la preparación de las empresas y en el conocimiento que tienen las personas sobre las ventajas de la tecnología. Además, también trataremos el tema de la responsabilidad y cómo prepararse mejor para el futuro. Aunque la tecnología impulse cambios muy notorios, detrás de estos siempre está la voluntad humana de crear una sociedad mejor. La tecnología es el modo de conseguir esta mejora, y no el fin en sí mismo. Aunque es evidente que se avecinan medidas difíciles para las empresas europeas en sus relaciones con la tecnología.

Abrir chat
Escanea el código
Hola
¿En qué podemos ayudarte?